domingo, 17 de diciembre de 2017

The Deuce: Garganta Poderosa



Con una atmosfera casi “scorsesiana”, The Deuce cuenta la historia de cómo la industria del porno se abrió paso hacia la legalización. Está ambientada en una Nueva York nada glamourosa de 1971 entre las trabajadoras del sexo, los proxenetas, los drogadictos y la gente con calle, y si bien se presenta ante el espectador a primera vista como “otro drama televisivo”, es un trabajo finísimo de una intimidad sobrecogedora anclada en una aguda observación de los detalles y en una narrativa que si bien a veces puede volverse pesimista, no le quita las esperanzas ni a los protagonistas ni al espectador.

Hay tal riqueza de personajes en esta serie que hacer un resumen muy específico sobre la trama me parece un despropósito. Lo importante es tal vez, que en el centro de todo lo tenemos a James Franco con una interpretación impecable de los hermanos gemelos Vincent y Frankie Martino. El primero, un barman que se acaba de ir de su casa y abandonar a su esposa e hijos y el segundo, un jugador compulsivo con deudas enormes que llevan inevitablemente a que cada tanto algún acreedor le quiera cobrar a su hermano. Estos dos personajes necesitan plata y se ven tentados por los negocios de una de las mafias que maneja la calle 42, a saber: burdeles y películas porno.

En la multitud de los demás personajes, el pilar principal es Maggie Gyllenhaal en la piel de Eileen, que trabaja en la noche como Candy, no tiene proxeneta y se está cansando de las calles por lo que  trata de abrirse paso en la industria del cine, en contraste con esto tiene un hijo que vive con su madre, una mujer patriarcal que no pierde oportunidad para mirarla con desaprobación por el trabajo que eligió

Es la historia y la profundidad de los personajes lo que importa en The Deuce, que a veces se puede volver lenta pero si se persevera la recompensa es grande aunque no deja de ser trágica. La serie funciona al mismo tiempo casi como un trabajo de investigación sobre las dinámicas del poder, el engaño y la explotación. En este mundo la sociedad se divide en ricos y pobres, por lo que pasamos al menos la mitad de nuestro tiempo entre los que no tienen (trabajadoras sexuales, principalmente, pero también mozos, actrices y actores porno y cineastas independientes). Y constantemente se nos recuerda que muchos de los personajes que se consideran a sí mismos "poseedores", como los proxenetas, los policías y los mafiosos de bajo nivel, solo se ajustan a esa descripción cuando se miden a sí mismos con personas que son de alguna manera inferiores. Todos están tratando de sobrevivir en un sistema que parece intratablemente codicioso y cruel. Y, para parafrasear una línea de Los Sopranos, todos saben que la economía tiene la forma de una pirámide: el dinero fluye hacia arriba, la mierda rueda hacia abajo

Mientras que Franco y Gyllenhaal son claramente las estrellas que llaman la atención, la serie no es para nada solo sobre sus personajes. Hay escenas largas con diálogos potentes que rebalsan de significado y tiene una uniformidad de tono que nunca se desvanece, un motor de narración que está completamente arraigado en el entorno. La Nueva York de la época se retrata con una atención extraordinaria a la suciedad, a la basura, a los cigarrillos, a las bebidas alcohólicas y al sudor, no hay falsas nostalgias por cómo solían ser las cosas. El sexo no es sexy y no está tratando de serlo, los clientes son gordos y sudorosos y las mujeres miran el reloj mientras intentan satisfacer a sus clientes lo más rápido posible para maximizar su eficiencia así como también la del propietario del burdel o el proxeneta que está recibiendo una parte (o la mayoría) de sus ingresos. Y a pesar de las subtramas sobre personas explotadas tratando de escapar o luchar contra sus circunstancias, no hay personajes que representen anacrónicamente un punto de vista progresista moderno, algo que se ve cada vez más en la televisión como un intento desesperado de los show runners por encajar en la nueva maquinaria progre hollywoodense.

Este no es un escenario donde el romance pueda florecer sino más bien un lugar de banalidad: la lujuria, el sexo, el robo, la traición y la degradación ocurren, pero en total normalidad y no como un gran drama. Los policías son corruptos, las drogas se encuentran fácil y todos toman y fuman demasiado mientras hacen lo que pueden. Los personajes son peligrosos y están dañados, ¿y qué? Solo son un eslabón más en un lugar donde todo el mundo está tratando de sobrevivir con un poco de dignidad.

        The Deuce se puede ver por Flow On Demand, pero para todos los que no cuentan con este servicio abajo dejo los links para descargarla y verla online. Ustedes eligen!

Links:
TEMPORADA 1 COMPLETA (Torrent)
VER ONLINE (Ojo con las ventanas emergentes! Hay que darle click al botón de reproducir varias veces hasta que agarra y cerrar las publicidades que se vayan abriendo o contratar Flow!)


domingo, 12 de noviembre de 2017

The handmaid's tale: Mujeres bellas y fuertes.


Una serie basada en una novela escrita en el pasado, pero aparentemente ambientada en el futuro, que en realidad habla de hoy. The Handmaid's Tale es una confluencia inquietante de tiempos verbales. También es la serie del año, una historia que por momentos se torna difícil de ver, pero imposible de ignorar.

La historia gira en torno a Offred (Elisabeth Moss), que es una de las pocas mujeres fértiles que quedan en la recientemente inaugurada nación de Gilead, un país gobernado por una teocracia atroz donde la tasa de natalidad es casi nula y las mujeres fueron “por el bien de la humanidad” despojadas de todos sus derechos. Offred, que literalmente significa “De Fred”, sirve como criada un Comandante de alto rango (Joseph Fiennes) y a su esposa (Yvonne Strahovski), pero en el transcurso de la serie podemos verla recordar su antigua vida como ciudadana estadounidense y principalmente como mujer libre antes del surgimiento de este régimen. Y si bien June, como solía llamarse, a veces se pierde en la añoranza de sus recuerdos, está determinada a no dejar que este mundo cruel la aplaste.

La premisa de Handmaid’s es una trompada en la cara: una era en la que los derechos humanos básicos se sienten más atacados que nunca. Y es gracias a su showrunner Bruce Miller y a la directora Reed Morano que la historia adquiere un poder majestuoso y hace que se nos meta debajo de la piel de una manera que si bien es doloroso, también es genuino.

La dirección de Morano (a cargo de los primeros tres capítulos) crea un estilo cinematográfico para la serie que la vuelve adictiva. Su capacidad para utilizar momentos tranquilos de una manera que los hace gritar en la pantalla -la cámara centrada en Offred, el fondo borroso, el soundtrack único- crea una seguidilla de escenas profundas y poderosas que erizan la piel. 

Donde The Handmaid's Tale cobra vida, más allá de sus increíblemente narrados momentos de tensión infinita, está en los detalles: Una biblia guardada bajo llave, soldados omnipresentes, la araña que tuvieron que remover del cuarto de Offred para que no corriera la misma suerte que su predecesora.

Y también, el hecho de que esta serie sea una obra maestra, recae sobre los hombros de Elizabeth Moss. Si bien todos los actores juegan arriba en el campo de juego, las demandas de su papel son enormes, dado lo mucho que tiene que comunicarse en silencio sin revelar demasiado sobre lo que el personaje realmente piensa. Afortunadamente, Elizabeth, ofrece una actuación tanto gráfica como literal en su rostro segundo a segundo (en el Winter Press Tour de la Television Critics Association, comentó que a veces Morano estaba tan cerca de ella que cuando se inclinaba hacia adelante, golpeaba la cámara con su cabeza). No tiene ningún lugar para escapar como intérprete, pero en ningún momento muestra signos de temor al desafío. Por el contrario, ordena completamente cada escena, cada emoción y cada pensamiento.

La novela, escrita por Margaret Atwood en los 80, es una narración en primera persona desde el punto de vista de Offred, y el uso limpio y sobrio de la voz en off de la serie rinde homenaje a su fuente. Por supuesto con alteraciones en la historia, para expandir el mundo a este nuevo formato y hacerlo más grande. La serie aprovecha su estructura más libre, no confinada al punto de vista de Offred, para mejorar las otras historias que suceden a su alrededor: rastrea personajes que de otro modo podrían haberse perdido y explora con más detalle algunos de los factores que llevaron a la caída de Estados Unidos y al surgimiento de Gilead.

Después de una etapa larguísima donde los dramas de televisión estaban enfocados exclusivamente en protagonistas masculinos y la doble moral estaba a la orden del día, los aires comienzan a renovarse con producciones que incluyen una visión de genero marcada y protagonistas mujeres que pisan fuerte, llevando a la ficción historias que hacen visible las problemáticas de la época.  The handmaid's tale fue escrita hace 30 años, que suerte que su adaptación llegó cuando más la necesitamos, para gritar sobre lo que está debajo de la superficie todos los días, para hacernos sentir escuchadas. Las mujeres tenemos miedo. Y finalmente tenemos un serie que expresa por qué es así.

Bendito sea el fruto.

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